古馬雅人基因組 揭密男童獻祭文化

Según un estudio publicado en la revista Nature el 12 de diciembre, investigadores alemanes analizaron el ADN de una serie de restos humanos en la importante ciudad maya de Chichen Itza, descubriendo que todos eran de niños varones, algunos de ellos posiblemente relacionados entre sí.

Este descubrimiento arroja luz sobre la vida y la muerte en la antigua civilización maya, que floreció en Mesoamérica entre los siglos III y XV d.C. Chichen Itza, ubicada en la península de Yucatán en México, fue una de las ciudades más importantes de esta civilización, conocida por su impresionante arquitectura y su avanzado conocimiento astronómico.

Los investigadores utilizaron técnicas de secuenciación de ADN para analizar los restos de 44 individuos enterrados en una tumba en Chichen Itza. Sorprendentemente, todos los restos pertenecían a niños varones, con edades comprendidas entre los 5 y los 16 años. Además, algunos de los niños compartían similitudes genéticas, lo que sugiere que podrían haber sido miembros de la misma familia.

Este hallazgo es particularmente significativo porque contradice la creencia común de que los mayas sacrificaban principalmente a mujeres y niños. En cambio, parece que los niños varones también eran víctimas de estos rituales.

Los mayas tenían una compleja religión que incluía sacrificios humanos como parte de sus ceremonias. Se cree que estos sacrificios eran una forma de comunicarse con los dioses y asegurar la prosperidad y el bienestar de la comunidad. Los niños eran considerados especialmente sagrados y se cree que su sacrificio era una forma de honrar a los dioses.

Sin embargo, este descubrimiento plantea preguntas sobre por qué solo se encontraron restos de niños varones en esta tumba en particular. ¿Fueron seleccionados específicamente para el sacrificio o fue simplemente una coincidencia? ¿Qué papel desempeñaban los niños en la sociedad maya y por qué eran considerados tan importantes para los rituales religiosos?

Aunque aún no se tienen respuestas definitivas, este estudio nos acerca un poco más a comprender la complejidad de la antigua civilización maya. Además, demuestra la importancia de utilizar técnicas científicas avanzadas para investigar y descubrir más sobre nuestro pasado.

Este descubrimiento también nos recuerda la importancia de preservar y proteger los sitios arqueológicos, como Chichen Itza, para que podamos seguir aprendiendo sobre las culturas y civilizaciones que nos precedieron.

En resumen, el estudio de los restos humanos en Chichen Itza nos ha proporcionado una visión fascinante de la vida y la muerte en la antigua civilización maya. Aunque todavía hay muchas preguntas sin respuesta, este descubrimiento nos acerca un poco más a comprender la complejidad y la riqueza de esta cultura.

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