El 29 de abril, el diario financiero “The Wall Street Journal” señaló que después de la burbuja inmobiliaria en China, se ha perdido la fuente de ingresos tradicional de la venta de tierras, lo que ha agravado aún más la problemática de la enorme deuda. Según estimaciones de economistas, la “deuda invisible” de los gobiernos locales de China podría alcanzar los 11 billones de dólares, y las autoridades de Beijing están tomando medidas de rescate para enfrentar esta situación.
El auge del mercado inmobiliario en China ha llevado a un aumento en la inversión en propiedades, lo que a su vez ha generado una gran demanda de tierra. Los gobiernos locales se encargan de vender los derechos de uso de estas tierras para financiar proyectos públicos, y así obtener ganancias. Sin embargo, después de la burbuja inmobiliaria, los precios de las tierras se han desplomado, dejando a los gobiernos locales con una deuda enorme y sin la capacidad de recaudar ingresos a través de la venta de tierras.
Este fenómeno ha sido denominado como la “deuda invisible” de China. Aunque no se refleja en los balances oficiales de la deuda del país, ha sido una preocupación creciente para los economistas y analistas. Según un informe del Fondo Monetario Internacional, la deuda de los gobiernos locales de China ha aumentado del 30% del PIB en 2012 al 60% en 2018. Y esta cifra podría ser aún más alta, llegando a un nivel alarmante del 93% del PIB en 2023, según las proyecciones.
Para hacer frente a esta situación, las autoridades de Beijing han implementado una serie de medidas, incluyendo la emisión de bonos especiales y la creación de un fondo de estabilización financiera. Sin embargo, estas medidas solo están tratando los síntomas de un problema mucho más profundo. La raíz del problema es la excesiva dependencia de los gobiernos locales en las ventas de tierras para financiar su crecimiento económico.
Es importante destacar que la deuda “invisible” de China no solo afecta a los gobiernos locales, sino que también representa un gran riesgo para el sistema financiero del país. Gran parte de esta deuda se ha utilizado para financiar proyectos de infraestructura que no son rentables ni sostenibles a largo plazo. Esto podría llevar a una crisis financiera y afectar la estabilidad económica del país.
Para abordar esta problemática, es necesario un cambio en el modelo de crecimiento económico de China. Los gobiernos locales deben dejar de depender tanto de las ventas de tierras y buscar otras formas de financiamiento sostenible para sus proyectos. Además, se deben tomar medidas para regular el mercado inmobiliario y evitar la especulación desenfrenada.
En conclusión, es importante que las autoridades de China tomen medidas serias y a largo plazo para abordar la creciente deuda “invisible” de los gobiernos locales. Esto no solo ayudará a estabilizar la economía del país, sino que también promoverá un crecimiento económico más sostenible y equilibrado a largo plazo.
