En la reunión conjunta del Congreso de los Estados Unidos el 4 de marzo, el presidente Donald Trump habló sobre la larga decadencia de la industria naval estadounidense y declaró su intención de revitalizar la capacidad de construcción naval comercial y militar del país. Según un informe exclusivo del Wall Street Journal, el gobierno de Trump está preparando una orden ejecutiva que incluye 18 medidas destinadas a revitalizar la industria naval estadounidense y debilitar el dominio de China en la industria marítima global.
El borrador del resumen obtenido por el Wall Street Journal muestra que estas medidas incluyen la revisión de las regulaciones y políticas comerciales, la promoción de la inversión en infraestructura naval y la mejora de la competitividad de la industria naval estadounidense. Además, se espera que la orden ejecutiva también incluya medidas para reducir la dependencia de Estados Unidos de la importación de componentes y equipos navales de China.
La industria naval estadounidense ha estado en declive durante décadas, con una disminución en la construcción de barcos y una pérdida de competitividad en el mercado global. El presidente Trump ha prometido durante mucho tiempo revitalizar la industria naval y crear empleos en Estados Unidos. Con esta orden ejecutiva, su administración está tomando medidas concretas para cumplir esa promesa.
La industria naval es crucial para la economía y la seguridad nacional de Estados Unidos. Además de ser una fuente importante de empleo, la construcción naval también es vital para el transporte de mercancías y el mantenimiento de la presencia militar en todo el mundo. Sin embargo, en los últimos años, China ha emergido como el líder mundial en la construcción naval, superando a Estados Unidos en términos de producción y tecnología.
La orden ejecutiva de Trump tiene como objetivo abordar esta brecha y fortalecer la posición de Estados Unidos en la industria naval global. Al promover la inversión en infraestructura naval y mejorar la competitividad de la industria, se espera que se creen más empleos y se aumente la producción de barcos en Estados Unidos. Además, al reducir la dependencia de China en la importación de componentes y equipos navales, Estados Unidos también puede proteger su seguridad nacional y reducir su vulnerabilidad a posibles interrupciones en el suministro.
La orden ejecutiva de Trump es una señal clara de su compromiso con la revitalización de la industria naval estadounidense y su determinación de reducir la influencia de China en el mercado marítimo global. Con estas medidas, se espera que Estados Unidos recupere su posición como líder en la construcción naval y se fortalezca su economía y seguridad nacional.