En la profundamente católica Croacia, un “bebé abandonado” recientemente instalado en un monasterio en la tranquila comunidad de Zagreb ha generado un intenso debate. Este dispositivo, ubicado en la pared del monasterio, ha sido criticado por grupos feministas como una táctica de las fuerzas antiaborto de “caballo de Troya”…
En los últimos años, el tema del aborto ha sido un tema muy controvertido en Croacia. Con una fuerte influencia de la Iglesia Católica, el país ha mantenido una postura conservadora en cuanto a la interrupción del embarazo. Sin embargo, recientemente se ha desatado una polémica en torno a un nuevo dispositivo que ha sido instalado en un monasterio en la capital, Zagreb.
Este dispositivo, conocido como “bebé abandonado”, es una especie de caja en la pared del monasterio donde las mujeres pueden dejar a sus bebés recién nacidos si no desean o no pueden cuidarlos. Según los defensores de esta iniciativa, el objetivo es evitar el abandono de bebés en lugares públicos y ofrecer una alternativa segura para aquellos que no pueden cuidar de sus hijos.
Sin embargo, este dispositivo ha sido duramente criticado por grupos feministas y defensores de los derechos de las mujeres. Lo ven como una táctica de las fuerzas antiaborto para promover su agenda y obligar a las mujeres a llevar a término sus embarazos no deseados. Lo llaman un “caballo de Troya” que se presenta como una solución humanitaria, pero en realidad es una forma de imponer sus creencias y controlar el cuerpo de las mujeres.
Además, también se ha cuestionado la seguridad y la legalidad de este dispositivo. ¿Qué pasa si el bebé sufre alguna lesión al ser colocado en la caja? ¿Qué pasa si la madre cambia de opinión y quiere recuperar a su hijo? ¿Es legal dejar a un bebé en manos de una institución religiosa sin ningún tipo de supervisión o regulación?
La instalación de este dispositivo ha generado un intenso debate en la sociedad croata. Mientras que algunos lo ven como una solución para evitar el abandono de bebés, otros lo ven como una violación de los derechos de las mujeres y una forma de imponer creencias religiosas. Incluso ha habido manifestaciones y protestas en contra de esta iniciativa.
En mi opinión, este dispositivo es una muestra más de la influencia de la Iglesia Católica en la sociedad croata y su intento de imponer sus creencias a través de medidas como esta. En lugar de ofrecer una verdadera solución para el problema del abandono de bebés, deberíamos centrarnos en abordar las causas subyacentes, como la falta de apoyo a las madres solteras y la educación sobre la anticoncepción.
Además, es importante recordar que el aborto es un derecho de las mujeres y no debería ser utilizado como una herramienta para promover una agenda política o religiosa. Las mujeres deben tener el derecho de decidir sobre su propio cuerpo y su futuro, sin ser juzgadas o presionadas por creencias externas.
En conclusión, el “bebé abandonado” en Croacia ha generado un intenso debate y ha puesto de manifiesto la lucha entre los derechos de las mujeres y la influencia de la Iglesia Católica en la sociedad. Espero que este dispositivo sea retirado y que se promuevan soluciones más efectivas y respetuosas con los derechos de las mujeres.