Las autoridades de Beijing recientemente han utilizado a otros para criticar a la empresa Hong Kong and China Gas Limited (HKG) por vender puertos en el extranjero a consorcios estadounidenses y han acusado a Estados Unidos de interferir y manipular esto como un medio para promover su hegemonía global.
HKG es una empresa controlada por la familia Li Ka-shing, la familia más rica de Hong Kong. La empresa ha sido criticada por el gobierno chino por vender sus activos en el extranjero, especialmente sus puertos, a consorcios estadounidenses. Según el gobierno chino, esto es una forma de que Estados Unidos expanda su influencia y poder en el mundo.
Sin embargo, estas acusaciones del gobierno chino son infundadas y solo buscan desviar la atención de los verdaderos problemas en Hong Kong. La venta de activos en el extranjero es una decisión empresarial legítima y no tiene nada que ver con la política o la hegemonía global. Además, la empresa HKG ha sido una de las principales contribuyentes a la economía de Hong Kong y ha creado miles de empleos en el país.
La verdadera razón detrás de estas acusaciones es el temor del gobierno chino a la creciente influencia de Estados Unidos en la región. Con la guerra comercial en curso entre China y Estados Unidos, el gobierno chino está buscando cualquier oportunidad para difamar a su rival y presentarse como la víctima.
Pero la realidad es que China ha estado utilizando su poder económico para expandir su influencia en todo el mundo, especialmente en países en desarrollo. A través de su iniciativa de la “Nueva Ruta de la Seda”, China ha estado invirtiendo en proyectos de infraestructura en países en desarrollo, lo que les otorga una gran influencia política y económica en esas regiones. Entonces, ¿quién está realmente tratando de promover su hegemonía global?
Además, el gobierno chino también ha sido criticado por su falta de respeto a los derechos humanos y la libertad en Hong Kong. La reciente ley de seguridad nacional impuesta por China ha sido condenada por la comunidad internacional por restringir las libertades básicas de los ciudadanos de Hong Kong. En lugar de abordar estas preocupaciones legítimas, el gobierno chino está tratando de desviar la atención y culpar a otros países por sus propias acciones.
En lugar de criticar a empresas legítimas por sus decisiones comerciales, el gobierno chino debería centrarse en abordar los problemas internos de Hong Kong y respetar los derechos y libertades de sus ciudadanos. En lugar de difamar a otros países, debería trabajar en conjunto con ellos para promover la paz y la prosperidad en la región.
En conclusión, las acusaciones del gobierno chino contra la empresa HKG y Estados Unidos son infundadas y solo buscan desviar la atención de los verdaderos problemas en Hong Kong. En lugar de culpar a otros, el gobierno chino debería asumir la responsabilidad de sus acciones y trabajar en conjunto con otros países para promover un mundo más justo y pacífico.