En medio de la guerra arancelaria entre Estados Unidos y China, el presidente estadounidense Donald Trump declaró hoy que no reducirá los altos aranceles impuestos a China a menos que haya acciones concretas por parte del país asiático. Trump también señaló que es posible que no se extienda el período de 90 días de suspensión de aranceles recíprocos y que Estados Unidos llegará a acuerdos con algunos países, pero también establecerá acuerdos que incluyan “aranceles establecidos”.
El presidente Trump ha estado enfrascado en una disputa comercial con China desde que asumió el cargo en 2017. Ha impuesto aranceles a miles de millones de dólares en productos chinos en un intento de reducir el déficit comercial entre los dos países y proteger a la industria estadounidense. Sin embargo, esta medida ha tenido un impacto negativo en la economía de ambos países y ha generado incertidumbre en los mercados globales.
En su última declaración, Trump dejó en claro que no está dispuesto a bajar la guardia en la guerra arancelaria con China. A menos que China tome medidas concretas para abordar las preocupaciones comerciales de Estados Unidos, no habrá reducción en los altos aranceles impuestos por Estados Unidos a los productos chinos. Esto significa que los consumidores estadounidenses seguirán pagando precios más altos por productos importados de China, y las empresas estadounidenses seguirán sintiendo el impacto de los aranceles en sus cadenas de suministro.
Además, Trump también mencionó que es posible que no se extienda el período de 90 días de suspensión de aranceles recíprocos que se acordó durante la reciente cumbre del G20 en Argentina. Esto significa que si China no cumple con las demandas de Estados Unidos antes de que expire el plazo, se reanudarán los aranceles recíprocos. Esta medida podría aumentar aún más las tensiones comerciales entre los dos países y afectar negativamente a la economía global.
Sin embargo, Trump también dejó abierta la posibilidad de llegar a acuerdos con algunos países para reducir los aranceles. Esto podría significar que Estados Unidos está dispuesto a hacer concesiones en su guerra arancelaria con China para llegar a acuerdos con otros países. Sin embargo, Trump también señaló que estos acuerdos incluirán “aranceles establecidos”, lo que significa que incluso en caso de acuerdos, los aranceles seguirán siendo una herramienta importante en la política comercial de Estados Unidos.
En conclusión, la declaración de Trump muestra que la guerra arancelaria entre Estados Unidos y China está lejos de terminar. Aunque existen posibilidades de llegar a acuerdos con otros países, el presidente estadounidense sigue firme en su postura de mantener los altos aranceles impuestos a China hasta que vea acciones concretas por parte del país asiático. Esta situación genera incertidumbre en los mercados y podría tener un impacto negativo en la economía global. Solo el tiempo dirá cómo se desarrollará esta guerra comercial y cuáles serán las consecuencias para ambas naciones y el resto del mundo.