El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció el 9 de enero en la Casa Blanca que vinculará el tema de la contribución de defensa de las tropas estadounidenses en el extranjero con las negociaciones comerciales.
Según informes de la agencia de noticias surcoreana Yonhap, Trump asistió el 9 de enero a una reunión con el presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, para discutir la división de los costos de defensa de las tropas estadounidenses estacionadas en Corea del Sur. Durante la reunión, Trump expresó su deseo de vincular este tema con las negociaciones comerciales entre ambos países.
Esta decisión de Trump ha generado preocupación y críticas por parte de la comunidad internacional. Algunos ven esta medida como una forma de presionar a Corea del Sur para que aumente su contribución de defensa, mientras que otros la ven como una forma de utilizar la seguridad nacional como moneda de cambio en las negociaciones comerciales.
Sin embargo, Trump ha defendido su postura, afirmando que es justo que los países que albergan tropas estadounidenses contribuyan más a los costos de defensa. Además, ha señalado que Corea del Sur es un país rico y que debería asumir una mayor responsabilidad en la protección de su propia seguridad.
Esta decisión de Trump también ha generado preocupación en otros países que albergan tropas estadounidenses, como Japón y Alemania. Algunos temen que esta medida pueda afectar negativamente las relaciones entre Estados Unidos y sus aliados.
A pesar de las críticas y preocupaciones, Trump ha dejado en claro que no tiene la intención de retirar las tropas estadounidenses de Corea del Sur o de otros países. Sin embargo, ha dejado en claro que espera que estos países asuman una mayor responsabilidad en los costos de defensa.
Esta decisión de Trump también ha sido vista como una forma de presionar a Corea del Sur para que acepte un acuerdo comercial más favorable para Estados Unidos. Durante la reunión con Moon Jae-in, Trump expresó su deseo de renegociar el acuerdo comercial entre ambos países, que ha estado vigente desde 2012.
A pesar de las tensiones y desacuerdos, ambas partes han acordado seguir discutiendo estos temas en futuras reuniones. Mientras tanto, la comunidad internacional sigue observando de cerca cómo se desarrollarán estas negociaciones y cómo afectarán las relaciones entre Estados Unidos y sus aliados.